El precio del oro ha remontado en los últimos días y, a la hora de escribir este post, superaba ya los 1.816,50 dólares la onza, su nivel más alto en el último mes.

En un entorno económico global marcado por la incertidumbre sobre la recuperación, la inestabilidad geopolítica en torno al conflicto de Afganistán y el temor a una importante subida de la inflación, los metales preciosos vuelven a presentarse como una opción adecuada para proteger el patrimonio de los inversores.

No es casualidad que, en los últimos días, grandes inversores internacionales hayan aconsejado aumentar la exposición al metal precioso para hacer frente al riesgo que representa la subida de la inflación.

Möbius: 10% de la cartera en oro

Es el caso de Mark Möbius, inversor de origen alemán que lideró la firma de inversiones Templeton; fue el primero en apostar por el potencial de los países en vías de desarrollo, como Chile y Brasil; desarrolló las bolsas de valores en Hispanoamérica y Asia; y se convirtió en asesor del Banco Mundial y del Banco de Desarrollo Asiático.

En unas recientes declaraciones a la agencia de noticias Bloomberg, el veterano inversor ha apostado por el oro, preferente el físico, como el medio de hacer frente a la inflación y a la devaluación monetaria que ésta trae consigo.

Según Möbius:

“La devaluación monetaria global va a ser muy significativa durante el año que viene, dada la increíble cantidad de dinero que se ha impreso”.

El inversor cree que los estímulos económicos sin precedentes que se han puesto en funcionamiento desde el comienzo de la pandemia de covid-19 van a provocar la devaluación de un buen número de divisas internacionales en el futuro.

Solo en los Estados Unidos, se han invertido billones de dólares en estos programas de estímulos que buscan acelerar el crecimiento económico, afectado por la pandemia. Los programas incluyen la recompra de bonos del tesoro y ayudas directas a los consumidores.

Para contrarrestar esta devaluación monetaria, Möbius aconseja a los inversores que adquieran oro físico en vez de los populares ETF de oro:

“Un 10% de la cartera de inversión debería estar en oro físico. Resulta muy útil contar con oro físico al que se pueda acceder inmediatamente, sin el peligro de que el gobierno lo confisque”.

El oro físico cuenta con múltiples ventajas frente al llamado ‘oro papel’: no tiene riesgo de contraparte, no está vinculado a ninguna entidad y tiene liquidez inmediata en cualquier momento y lugar, incluso en los casos de catástrofe natural o crisis financiera sistémica.

Paulson: oro, mejor que bitcoin

El segundo gran inversor que ha apostado por el oro en los últimos días es John Paulson, fundador del ‘hedge fund’ Paulson & Co, que se hizo famoso en 2007 por apostar en contra de los títulos respaldados por hipotecas ‘subprime’ en Estados Unidos, maniobra con la que ganó más de 4.000 millones de dólares.

Este financiero ha sido siempre un decidido partidario del oro, al que su ‘hedge fund’ recurrió como protección antes de la crisis financiera de 2008.

Según Paulson, también entrevistado por Bloomberg, las estrellas se están volviendo a alinear a favor del metal precioso, que se va a beneficiar de la subida de la inflación por encima de lo esperado, debido al enorme suministro monetario impulsado desde la Reserva Federal para combatir los efectos financieros de la pandemia.

Para el inversor estadounidense, ahora es el momento de comprar oro, ya que el metal precioso “tiene una revalorización muy positiva en tiempos de subida de la inflación”.

De hecho, Paulson ha recordado lo que sucedió en la década de los 70 del pasado siglo, cuando el precio registró una subida ‘parabólica’, provocada por una inflación de dobles dígitos.

En aquellos años, el IPC estadounidense se disparó desde el 2,7% en junio de 1972 a un récord del 14,8% en marzo de 1980. Por su parte, el oro pasó de los 38 dólares la onza en agosto de 1972 a nada menos que 850 dólares a principios de 1980.

Paulson cree que esta situación podría tener paralelismos con la actual, y que el oro se va a beneficiar también de su situación de suministro/demanda, debido a la “limitada cantidad de oro de inversión” que existe en el mercado.

Además, el inversor estadounidense confiesa que “no soy un creyente en las criptomonedas”, cuyo mercado es lo más parecido a “una burbuja” y cuyo valor acabará siendo cero.

Incluso a pesar de que el suministro de bitcoin está limitado a 21 millones de unidades, Paulson considera que se trata de “un suministro limitado de nada”. En su opinión, mientras la demanda supere al suministro, el precio subirá; el problema es que cuando caiga la demanda, el precio caerá con ella.

“Ninguna de las criptomonedas tiene valor intrínseco, excepto el hecho de que existe una cantidad limitada”, señaló Paulson en la entrevista.

En cualquier caso, el ejemplo de los grandes inversores está muy claro: ante la amenaza de la inflación y la devaluación monetaria, la mejor forma de protegerse es adquiriendo oro físico.