El precio del oro sigue protagonizando una importante escalada desde que comenzara el segundo semestre de 2019, alcanzando su nivel máximo de los últimos siete años. Los analistas explican esta subida por la sucesión de factores que multiplican la incertidumbre geopolítica y por la dudosa situación económica global. La historia reciente muestra que, en los momentos de crisis, el oro suele convertirse en el mejor activo en el que confiar.

Situación actual

El oro vive ahora mismo sus momentos más positivos desde el año 2013, con un precio que cada vez se acerca más a los 1.600 dólares la onza. Tras la subida registrada en 2019 (más de un 18% en dólares), 2020 ha mantenido esta tendencia, gracias al impulso proporcionado por los factores geopolíticos ya comentados.

Crisis en China debido al coronavirus | Fuente: rtve.es

La epidemia de coronavirus en China ha sido el último factor que se ha sumado. Las implicaciones que puede tener esta pandemia en la economía global, sobre la que ya existen suficientes dudas, podrían resultar decisivas para que se desencadene una nueva crisis.

¿Qué es una crisis financiera?

Como explican desde Sunshine Profits, una crisis financiera es una forma muy especial y peligrosa de crisis económica, que tiene lugar cuando el valor de las instituciones financieras o de los activos se desploma con rapidez.

Estas crisis resultan muy dañinas para la economía, ya que las recesiones (crecimiento económico negativo durante al menos dos meses consecutivos) que están acompañadas por crisis financieras son al menos un 50% más profundas.

Un ejemplo es la crisis que sufrió la economía japonesa tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y financiera en 1989, que sumió al país en una recesión durante una década.

La gran depresión de 1929 en EEUU | Fuente: Experiummarkets

Lo mismo sucedió con la Gran Depresión tras el crack bursátil de 1929 en Estados Unidos, agravado por el pánico de los clientes de los bancos, o la Gran Recesión, tras el estallido de la burbuja de las hipotecas ‘subprime’, que se convirtió en una crisis bancaria internacional y en una crisis de deuda soberana.

Oro y crisis

Precisamente en los momentos en que se desencadenan estas crisis, que provocan que se desplome la confianza de los inversores en el sistema financiero, es cuando el oro luce más.

Como se puede ver en el gráfico adjunto, durante las principales crisis que han tenido lugar durante los últimos 30 años del siglo XX y los primeros 15 del XXI, el precio del oro ha experimentado importantes subidas.

Así sucedió durante la crisis de deuda de Hispanoamérica de 1982, cuando los países de este continente alcanzaron un punto en el que su deuda externa excedió su poder adquisitivo y no fueron capaces de devolver los préstamos recibidos del exterior para su industrialización.

El precio del oro subió desde menos de 300 a más de 500 dólares la onza en apenas unos meses.

Otro tanto sucedió en la mencionada crisis de Japón, a comienzos de los años 90; durante la crisis financiera asiática de 1997; tras el estallido de la burbuja de las ‘puntocom’ en 2000; o tras la quiebra de Lehman Brothers en 2008.

Como señalan en el estudio, los mejores años para el oro suelen ser los inmediatamente posteriores a la crisis, en los que la ausencia de confianza en otros activos y la imperiosa necesidad de liquidez provoca un aumento de la demanda del metal.

Oro como defensa y diversificación

Por estos motivos, los principales gestores de fondos recomiendan a sus clientes, incluso a los más adictos al riesgo, un cierto posicionamiento en oro en sus carteras de inversión para que, llegado el momento de una crisis, el metal ejerza su papel protector y diversificador del riesgo.

En el caso de los inversores más prudentes o los simples ahorradores, la adquisición de oro físico con el excedente de sus ahorros siempre es una práctica recomendable, que les confiere la seguridad incluso en los entornos económicos más complicados de que su patrimonio va a permanecer intacto.

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