Las crisis económicas como la que ha traído consigo la pandemia de Covid-19 ponen de relieve el concepto de activo refugio, que es aquel al que acuden los inversores, alejándose de otros activos de mayo riesgo, para mantener su patrimonio. Tradicionalmente, determinadas divisas como el franco suizo o los metales preciosos se han considerado como los activos refugio ideales. Pero en los últimos años, el auge de criptomonedas como el Bitcoin ha llevado a algunos analistas a sugerir que pueden ser los activos refugio del futuro. En este post vamos a explicar por qué el bitcoin no puede sustituir el valor como refugio del oro.

Cotización

Para comparar ambos activos, lo primero es considerar su revalorización en lo que llevamos de año. El oro inició 2020 a 1.527,10 dólares la onza y a 9 de noviembre cotizaba a 1.867,30, es decir, una subida del 22,28%.

En el caso del Bitcoin, cotizaba a 6.966 dólares el 2 de enero y a 15.335 el 9 de noviembre: una revalorización del 120,14%.

Las cifras absolutas decantan la balanza hacia el Bitcoin. Sin embargo, hay que tener en cuenta una variable: la volatilidad.

Mientras que el oro ha mantenido una trayectoria ascendente estable desde comienzos de año, la criptomoneda ha experimentado subidas y bajadas que oscilan entre el -30% y el +82% sobre la cotización media.

Unas cifras que afectarían a la cartera de un inversor que decidiera confiar parte de su dinero al Bitcoin y que nadie, en su sano juicio, desearía para un activo cuyo objetivo es ejercer como refugio.

A la hora de invertir en un activo refugio, movimientos como los registrados por el Bitcoin provocan más miedo que confianza. Los inversores que acuden a un activo refugio lo hacen para proteger su patrimonio de las condiciones adversas del mercado más que para ganar dinero. Así que el principal objetivo es mantener la seguridad en sus inversiones.

Según explican desde FXStreet, aunque ninguna inversión es segura al 100%, lo que sí es cierto es que el oro es más seguro como inversión que el Bitcoin.

Ventajas e inconvenientes

A pesar de ello, no se puede negar que el Bitcoin cuenta con algunas ventajas como activo de inversión. Una de ellas es su descentralización: ningún banco, país o entidad lo posee o lo emite, así que está libre de las presiones de cualquiera de ellos y del efecto de las economías, lo que le otorga cierta ventaja respecto a otros activos.

Aunque el oro también es independiente y no constituye responsabilidad de nadie, en cierto modo se ve afectado por la economía global y las decisiones de los inversores se mueven en función del estado de las principales potencias económicas.

Por otro lado, el Bitcoin se basa simplemente en las leyes de la oferta y la demanda, sin que intervengan otras variables que puedan afectar a su precio. La cantidad de derivados de las criptomonedas es muy baja si la comparamos con la cantidad de derivados del oro, el llamado ‘oro papel’ (ETF, contratos de futuros…).

En ambos casos, el Bitcoin y el oro son recursos limitados, que tienen un coste asociado a su extracción o minería. Los dos son divisibles en cantidades muy pequeñas. Pero hay algo que el oro tiene y de lo que el Bitcoin carece: valor intrínseco.

El oro es un bien de lujo, una materia prima conocida en todo el mundo y aceptada por todos, porque tiene un valor propio, atribuible a un metal que lleva siendo considerado riqueza desde hace decenas de siglos.

En cambio, el Bitcoin carece de valor intrínseco: solo sirve para comprar bienes y servicios, pero no hay muchas personas que quieran cobrar su salario en esta criptomoneda.

Conclusión

La conclusión a la que llega el artículo de FXStreet es que, aunque el Bitcoin y el oro tienen muchas similitudes, también existen muchas diferencias entre ellos:

“El oro es el principal activo refugio y eso es algo que no va a cambiar. Los inversores lo saben y aprecian el oro por su gran valor intrínseco, del que, sin embargo, carece el Bitcoin. Así que no, el Bitcoin no va a reemplazar al oro como activo refugio”.

En este mismo sentido se han pronunciado recientemente desde JPMorgan, uno de los principales bancos de inversión mundiales. En una de sus publicaciones dirigidas a los inversores, ‘Flows & Liquidity’, los analistas de la entidad señalan que es más apropiado calificar al Bitcoin como un activo de riesgo que como un activo refugio, debido a la creciente correlación positiva, desde el pasado mes de marzo, de la criptomoneda con el índice bursátil estadounidense S&P 500.

Según este informe:

“La función del Bitcoin es más un reflejo de la necesidad de contar con una divisa alternativa que con un activo refugio o de protección”.

En opinión de los analistas, la capitalización de mercado del Bitcoin tendría que multiplicarse por diez para igualar la inversión del sector privado en oro.

Así que está claro: aunque tiene cualidades que pueden resultar interesantes para los inversores en determinados momentos, el Bitcoin no constituye una alternativa al oro como activo refugio.