Como explica Luke Burgess desde el blog Outsider Club, el mercado del oro tiene una naturaleza increíblemente cíclica. Estos ciclos, a largo, medio y corto plazo, suelen ser bastante consistentes.

El principal y mejor conocido de ellos es el ciclo del oro a ocho años. Durante las últimas cinco décadas, el precio del oro ha tocado fondo al menos una vez cada ocho años, como se puede apreciar en el siguiente gráfico.

La última vez que el metal sufrió esta bajada fue en 2016. Así que, teniendo en cuenta esta periodicidad, la próxima vez que se producirá esta corrección será en el año 2024.

Como señala Burgess, al tratarse de un ciclo tan largo, es difícil que los inversores puedan aprovecharse de él. En su caso, tras 20 años de presencia en el mercado del oro, apenas ha presenciado dos veces esta caída.

“Por tanto, el ciclo de ocho años no significa mucho para los inversores. En una carrera de 50 años invirtiendo en oro, apenas se puede aprovechar seis veces, y eso si te acuerdas de que se produce cada ocho años”, advierte en su post.

Ciclos a corto plazo

Sin embargo, en el mercado del oro hay más ciclos aparte del de los ocho años. Que se producen por diversas razones. Y estos ciclos, más a corto plazo, tienen una utilidad mucho mayor para los inversores.

Algunos de estos ciclos cortos se registran a consecuencia de determinados eventos económicos periódicos, como las reuniones del llamado Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) de la Reserva Federalestadounidense.

Estas reuniones están meticulosamente programadas a lo largo del año (ocho reuniones) y el precio del oro suele mostrarse mucho más activo durante los días en que se celebran.

Por lo general, el precio del metal suele subir durante los días inmediatamente anteriores y los dos días que dura la reunión, para caer a continuación, cuando el presidente de la Fed comparece ante la prensa para anunciar las decisiones adoptadas.

Pese a ello, según Burguess, no existe un patrón lo suficientemente consistente como para que los inversores puedan beneficiarse de estos ocho momentos al año, aunque deben tenerlo presente.

Patrón estacional

Un patrón a corto plazo que es mucho más confiable, ya que suele repetirse todos los años, es el que indica los meses del año en que el precio del oro suele revalorizarse más.

Así, durante los últimos 45 años, los mejores meses para el precio del oro han sido septiembre, noviembre y enero.

Analizando los datos más recientes, se puede observar que se han producido subidas del metal precioso durante los pasados meses de septiembre, noviembre y enero. Por lo general, la subida de finales de año suele ser más acusada que las de enero y septiembre.

¿Por qué se registran estas subidas de formas estacional, en un patrón que se ha repetido durante los últimos 45 años?

Como explica el post de Outsider Club, todo se debe a la importante demanda de oro por parte del sector de joyería. La pandemia de covi-19 alteró el comportamiento habitual de la industria durante el pasado año, pero en un ejercicio típico aproximadamente la mitad de la demanda global de oro procede del sector de la joyería.

Las cinco festividades del oro

Precisamente a finales cada año coinciden al menos cinco eventos festivos en el mundo durante los cuales se multiplican las ventas de joyas de oro.

Los más importantes son la festividad de Diwali en la India, también llamada la Fiesta de la Luz, y el Año Nuevo chino. Solo durante estos dos momentos se consume alrededor de un tercio de la demanda anual mundial de oro. Hay que tener en cuenta que China y la India son los dos mayores consumidores mundiales del metal precioso, que está muy presente en su cultura y tradición.

La festividad de Diwali tiene lugar entre los meses de octubre y noviembre, dependiendo del año. Y el Año Nuevo chino comienza a finales de enero o principios de febrero.

A ellos hay que añadir otros momentos en los que aumentan las ventas de oro, aunque en menor proporción que los dos mencionados: Navidad, Año Nuevo y San Valentín.

La coincidencia de varias de estas celebraciones hace que tanto el último trimestre como el primero de cada año sean los que registran una mayor demanda de joyería de oro.

Por tanto, el precio del oro suele subir durante el último trimestre del año, debido a este aumento de la demanda por parte de los consumidores y de los comerciantes y joyeros que tienen que proveerse de materia prima para fabricar las piezas que van a vender.

De hecho, parece que el mes favorito de los joyeros para aprovisionarse suele ser el mes de septiembre.

De acuerdo con este patrón estacional, el último trimestre del año no suele ser buen momento para comprar oro, aunque sí para venderlo. Y analizando la evolución del precio en los últimos 45 años, puede observarse que el mes de octubre suele ser uno de los mejores para adquirir el metal, al igual que el mes de marzo.