Para poner en contexto este debate que se ha creado en los medios de comunicación entre el oro y el bitcoin, es necesario analizar uno de los sectores más importantes de la demanda de metal precioso: los bancos centrales.

Según los últimos datos publicados en el informe Gold Demand Trends correspondiente al segundo trimestre del año, elaborado por el Consejo Mundial del Oro, los bancos centrales adquirieron la cifra neta de 333 toneladas de oro en el primer semestre de 2021, cantidad que supera en un 39% a la media del primer semestre de los últimos cinco años, y en un 29% a la media de los últimos diez años.

Solo en el segundo trimestre del año, la cifra ha sido de 199,9 toneladas, un 214% más que las 63,7 toneladas netas del periodo enero-junio de 2020.

En comparación, las ventas registraron una cifra muy inferior, totalizando una cantidad neta de 41,5 toneladas en el primer semestre. Según señalan los analistas del Consejo Mundial del Oro en el citado informe, “a pesar de que buena parte del aumento reciente de la demanda se debe a las compras realizadas por los bancos centrales de Hungría y Tailandia, el significativo interés de un buen número de entidades de los países emergentes nos permite mantener una perspectiva optimista respecto a la demanda en el resto del año. Aunque se registre un nivel moderado de ventas, esperamos que los bancos centrales globales sigan siendo compradores netos durante lo que queda de 2021”.

Opinión positiva sobre el oro

Estas buenas perspectivas sobre la demanda futura de oro por parte del sector de los bancos centrales vienen avaladas también por lo que los responsables de éstos manifestaron en una reciente encuesta.

Según los resultados de este sondeo realizado entre 26 bancos centrales, el carácter de depósito de valor que tiene el oro, su histórico nivel de cotización y su actuación en tiempos de crisis son las principales razones para valorar la presencia del metal precioso en sus reservas estratégicas.

Un 52% de los encuestados afirma que los bancos centrales aumentarán sus reservas durante los próximos 12 meses, mientras que un 21% espera que aumente la cantidad de oro en sus reservas durante ese mismo periodo.

Posición sobre el bitcoin

Además de pronunciarse sobre el oro físico, algunos gobernadores de los principales bancos centrales del mundo han dejado claras sus opiniones acerca de las criptomonedas y su enorme revalorización en los últimos tiempos.

La opinión común no es muy favorable a las criptodivisas, que son contempladas con desconfianza por el sector oficial.

Así, el gobernador del Banco de Suecia, Stefan Ingves, manifestó, en una conferencia pronunciada a primeros de este mes de septiembre, que “lo normal es que el dinero privado acabe desplomándose, más pronto o más tarde. Seguramente, alguien puede hacerse rico negociando con bitcoin, pero es algo comparable a comerciar con sellos de correos”.

El propio Ingves había señalado a principios de año que lo más probable es que las criptomonedas tuvieran que someterse a la supervisión por parte de los reguladores, después de haberse convertido en una opción cada vez más utilizada por los inversores.

En esta misma línea, el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey explicó en mayo pasado que las criptomonedas podrían desplomarse hasta perder todo su valor: “me temo que carecen de valor intrínseco. Lo siento, pero voy a volver a decirlo sin rodeos: si inviertes en criptomonedas, estate preparado para perder todo tu dinero”.

Por su parte, el gobernador del Banco Central de Irlanda, Gabriel Makhlouf, señaló en febrero que los inversores que optan por adquirir bitcoin deberían tener en cuenta que pueden perder todo lo que han invertido: “personalmente, no invertiría mi dinero en ello, pero está claro que hay gente que piensa que es una buena opción. Hace 300 años, la gente compraba tulipanes porque creía que era una buena inversión” (una referencia a la crisis del mercado de los bulbos de tulipán que tuvo lugar en los Países Bajos en 1637).

También se ha manifestado al respecto el presidente de la Reserva Federal estadounidense, Jerome Powell, quien opinó en febrero sobre la creciente popularidad de estos nuevos activos de inversión: “lo que la gente llama criptomonedas son, en realidad, vehículos para la especulación. Nadie las usa como medio de pago, como el dólar”.

Janet Yellen, secretaria del Tesoro de EEUU y predecesora del actual presidente de la Fed, calificó al bitcoin como “un activo altamente especulativo, que no se utiliza de forma generalizada como mecanismo de transmisión y que es un medio extremadamente ineficiente de realizar transacciones”.