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El oro sigue siendo importante 50 años después de separarse del dólar

19 agosto 2021
El oro sigue siendo importante 50 anos despues de separarse del dolar

En estos días se cumplen 50 años de la decisión adoptada por Richard Nixon de acabar con el sistema de Bretton Woods, vigente desde el final de la Segunda Guerra Mundial, y anular la convertibilidad de los dólares en oro. Esa decisión supuso el fin del último vestigio que quedaba vigente del patrón oro, aunque el tiempo transcurrido desde entonces ha demostrado el fracaso de las divisas basadas únicamente en la confianza y la importancia que sigue teniendo el oro como activo tangible.

Fue el 15 de agosto de 1971, un domingo por la tarde, cuando el entonces presidente de los Estados Unidos Richard Nixon, tras reunirse con sus asesores en su residencia de Camp David, anunció públicamente una decisión histórica: la suspensión temporal (en realidad sería definitiva) de la convertibilidad del dólar en oro.

Esa medida, calificada como “el cierre de la ventana de oro”, suponía acabar con el compromiso adquirido por los Estados Unidos en los Acuerdos de Bretton Woods, negociados en 1944 y firmados en 1945 por el presidente Truman, de cambiar los dólares en posesión de los países extranjeros por oro de sus reservas nacionales, con un cambio fijado en 35 dólares la onza.

 

Los Acuerdos de Bretton Woods

 

Se trataba de una fórmula para lograr que el dólar estadounidense se convirtiera en la divisa internacional de reserva, que constituyera la referencia para el cambio de las demás divisas, con un tipo fijo. A su vez, el dólar estaría vinculado al oro, con el mencionado cambio de 35 dólares la onza.

 

Imagen de las negociaciones de Bretton Woods, en 1944

Imagen de las negociaciones de Bretton Woods, en 1944

 

El compromiso de los Estados Unidos de cambiar los billetes de dólar por oro físico en cualquier momento sirvió para ahuyentar las reticencias que pudieran tener algunos países respecto a este nuevo sistema internacional.

El sistema funcionó durante varias décadas, que sirvieron para que el comercio internacional se restableciera de los daños causados por la Segunda Guerra Mundial, a partir de la década de los 50.

Sin embargo, ya en la década de los 60 comenzaron a advertirse los problemas derivados de este compromiso. En la práctica, el sistema de Bretton Woods, una versión del llamado patrón oro, limitaba la cantidad de dólares que el Gobierno estadounidense podía imprimir, ya que cada uno debía estar respaldado por una parte del oro depositado en sus reservas.

De hecho, el compromiso de redimir los dólares le costó caro a Estados Unidos: entre principios de los años 50 y la decisión de Nixon en 1971, sus reservas nacionales de oro descendieron en un 55%.

El cierre de la ventana de oro

 

En 1971, la situación económica de los Estados Unidos se estaba volviendo insostenible: los crecientes gastos militares derivados de la Guerra de Vietnam habían provocado una subida de la inflación monetaria que obligó a tomar decisiones drásticas.

Como anunció Richard Nixon en su comparecencia del 15 de agosto de 1971, la decisión de suspender la convertibilidad tenía como objetivo “proteger la posición del dólar americano como un pilar de la estabilidad monetaria mundial”.

 

Comparecencia televisiva de Nixon el 15 de agosto de 1971

Comparecencia televisiva de Nixon el 15 de agosto de 1971

 

En la práctica, esto supuso que el dólar dejaba de estar respaldado por una commodity como el oro y pasaba a basarse únicamente en la confianza que inspiraba la Reserva Federal estadounidense como institución; es decir, se convertía en una divisa fiduciaria o fiat.

Ello implicaba que Estados Unidos podía imprimir todos los dólares que quisiera, sin temor a que los ciudadanos, los gobiernos extranjeros o los bancos centrales solicitaran su conversión por oro.

Un sistema de divisas fiat

 

Como señala Alex J. Pollock en el blog Law & Liberty, este nuevo sistema, que sigue vigente actualmente, implica que todo el mundo funciona a base de divisas fiat, ninguna de las cuales puede redimirse por oro o cualquier otra materia prima que le sirva de respaldo.

Además, en lugar de contar con un tipo de cambio fijo, basado en la convertibilidad en oro, los tipos de cambio entre divisas varían constantemente, según el funcionamiento de los mercados y las intervenciones de los bancos centrales.

En otras palabras: los bancos centrales del mundo son libres de imprimir tantos billetes como quieran los respectivos gobiernos.

 

 

Según Pollock, en vez de cortar el vínculo del dólar con el oro, el Gobierno de Nixon podría haber devaluado la divisa estadounidense, pasando del precio oficial de 35 dólares la onza de oro a 70 dólares.

Sin embargo, no era una medida atractiva desde el punto de vista político, ni tampoco se sabía a ciencia cierta cuál era la cifra idónea; todo dependía del oro que se poseyera.

A día de hoy, la inflación de estos 50 años ha afectado al dólar hasta el punto de que la misma onza de oro que entonces cotizaba a 35 dólares, ahora lo hace a 1.800: una devaluación del 98%.

El oro siempre mantiene su valor

 

¿Fue una decisión acertada la de Nixon? En aquel momento, la opinión pública se mostró favorable y las bolsas reaccionaron al alza.

Sin embargo, durante estos años, la mayoría de economistas que se han referido a esta cuestión han concluido que acabar con la disciplina implantada por el sistema de Bretton Woods, que evitaba la impresión indiscriminada de billetes y, por tanto, el riesgo de provocar una expansión de crédito inflacionaria, fue una medida prematura y arriesgada.

No es de extrañar que, en los años inmediatamente posteriores, se desencadenara la llamada Gran Inflación de los años 70. Según el economista Robert Aliber, el sistema impuesto por Nixon de dinero fiat y tipos de cambio flotantes ha provocado una serie de crisis financieras recurrentes en el mundo, durante los años 70, 80, 90, 2000 y 2010.

Como apunta significativamente este economista:

“Antes pensaba que el mayor error cometido en su historia por el Departamento del Tesoro de EEUU fue su incapacidad para salvar Lehman Brothers de la quiebra; pero ahora me doy cuenta de que fue la decisión de 1971”.

 

Lingotes de oro frente a dolar

 

Frente a ello, el oro se erige como un activo refugio que ha mantenido su valor desde entonces y que se ha apreciado considerablemente con respecto al dólar estadounidense desde 1971: solo hay que pensar que la misma onza de metal que ese año se cambiaba a 35 dólares, llegó a valer más de 2.000 dólares hace aproximadamente un año, y ahora ronda los 1.800. ¿Dólares u oro? La cuestión está bastante clara.

 

 

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