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Metales Preciosos de Inversión
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Microinversión, la fórmula más sencilla para empezar a invertir
11 de julio de 2019

La palabra inversión puede generar cierta reticencia entre quienes no están acostumbrados a este mundillo, ya que tiene ciertas connotaciones que pueden intimidar a los ahorradores más prudentes. En el subconsciente de éstos se puede asociar con conceptos como especulación, estafa, pérdidas y muchos otros con connotaciones negativas. Sin embargo, la inversión no es algo negativo, sino todo lo contrario, siempre y cuando se haga con el conocimiento y la prudencia adecuados. Una buena fórmula para iniciarse en este mundillo son las llamadas microinversiones.
Índice de contenidos
La dudosa actuación de diversos bancos de inversión durante los años previos a la crisis financiera que se desencadenó en 2008, con la quiebra de Lehman Brothers, han estigmatizado el concepto inversión.
Esta palabra ha adquirido una connotación negativa que se ha fijado en el subconsciente de muchos ahorradores, que tienen en la memoria hechos recientes como la crisis de las hipotecas subprime, que provocó que muchos inversores particulares perdieran todos sus fondos por la deficiente gestión de quienes debían velar por sus intereses.
Es frecuente, desde entonces, escuchar a alguien que tiene dinero ahorrado que prefiere “tenerlo bajo el colchón” a depositarlo en el banco o invertirlo. Sin darse cuenta de que, además de perder una oportunidad de hacer crecer su patrimonio, esta forma de conservar el dinero en realidad lo va mermando poco a poco, debido a la pérdida de poder adquisitivo del dinero en efectivo.
Sin embargo, la inversión no tiene por qué ser un concepto negativo: más bien al contrario, constituye una fórmula de crecimiento económico, de entrar en el ciclo de generación de la riqueza y aprovechar las opciones que existen en el mercado, eso sí, con la debida prudencia y conocimiento.
Prejuicios
Lamentablemente aún pesan muchos prejuicios sobre la inversión. Una reciente encuesta realizada por el fondo de inversión BlackRock entre clientes de todo el mundo arroja unos resultados muy significativos.
Por ejemplo, el 57% de los encuestados confiesa que no ha realizado ninguna inversión. De ellos, el 54% afirma que no tiene suficiente dinero como para empezar a invertir.
Otra parte importante de los no inversores, un 64%, cree que la información relativa a las inversiones es muy difícil de comprender para los no iniciados. Y el 27% de los no inversores, confiesa que les da miedo perderlo todo.
Estos resultados reflejan perfectamente las principales reticencias que los ahorradores expresan cuando se les propone invertir parte de sus ahorros, y que podrían resumirse en las siguientes:
- La inversión es algo para ricos.
- Me da miedo perder todo mi dinero.
- Es algo para expertos, hay que tener muchos conocimientos para que no te engañen.
Me interesan más los resultados a corto plazo.
Microinversiones
En este contexto de desconfianza hacia el mundo de la inversión y una vez superada la crisis, es cuando surge el concepto de microinversiones, como una fórmula para atraer a nuevos inversores.
Se trata de una fórmula consistente en la inversión de cantidades muy pequeñas, con el objetivo de obtener una pequeña rentabilidad a corto plazo que permita hacer frente a proyectos concretos, como el pago de la cuota de la hipoteca, la organización de una boda, un viaje…
El concepto que los inspira es muy parecido al de los llamados microcréditos, que surgieron a comienzos de este siglo, de la mano de Muhammad Yunus, el llamado “banquero de los pobres”, y su Grameen Bank.
Muhammad Yunus y los microcréditos | Fuente: finect.com
En ese caso, se trataba del préstamo de pequeñas cantidades a individuos o grupos de trabajadores, que servían para poner en marcha un pequeño negocio que, cuando empezaba a dar beneficios, permitía el reembolso de las cantidades prestadas.
Las microinversiones parten de la premisa de que uno de los principales obstáculos que existen para comenzar a invertir es, precisamente, la incapacidad para ahorrar un capital inicial con el que comenzar a operar. Por lo general, se estima que este capital inicial oscila entre 500 y 5.000 euros.
Fórmula de las microinversiones
La fórmula de las microinversiones permiten que los clientes empiecen a invertir desde el primer euro, sin necesidad de acumular un capital previo. Su estructura es muy sencilla: funcionan por medio de aplicaciones instaladas en el smartphone, a través de las cuales es posible realizar pequeñas inversiones, de forma sencilla e intuitiva.
De hecho, algunas de ellas redondean de forma automática los pagos que los usuarios realizan con el smartphone (una práctica cada vez más habitual) y emplean esos céntimos de más en diversas inversiones.
Para evitar que los usuarios puedan incurrir en pérdidas no deseadas, existe un sistema de límites en la inversión o ‘stop-loss’, que garantiza que se pierda más dinero del deseado.
La facilidad de acceso y de manejo es una de las virtudes de este nuevo sistema, que trata de hacerse con un publico joven que desconfía de las fórmulas tradicionales de inversión, pero que puede resultar también atractivo para ahorradores prudentes sin experiencia en inversión que quieren tantear este terreno.
Ventajas e inconvenientes
Como cualquier otro activo de inversión, éste cuenta también con sus ventajas e inconvenientes, que los clientes tienen que tener en cuenta y valorar debidamente antes de considerar su participación.
Ventajas
- Invertir en estas aplicaciones ofrece un mejor rendimiento que dejar los ahorros inmovilizados en una cuenta o exponerse a sufrir la pérdida de su poder adquisitivo si se esconden “bajo el colchón”.
- Constituye un punto de entrada muy sencillo y barato al siempre complicado mundo de la inversión.
- Permiten contar con un asesoramiento financiero profesional que otorga tranquilidad y confianza, que son los valores más apreciados por los inversores.
- Posibilitan planificar las finanzas personales a corto plazo, cubriendo necesidades inmediatas como el pago de la hipoteca, una boda o un viaje.
Inconvenientes
- Los rendimientos son mucho menores que en el caso de cualquier otro activo de inversión.
- Permiten una diversificación de activos muy escasa.
- Existe una excesiva dependencia de los medios tecnológicos (aplicaciones de móvil) por medio de los cuales operan, lo que podría llevar, en determinadas circunstancias críticas, a que el inversor perdiera contacto con su dinero.
Microinversiones en oro
El oro, uno de los activos de inversión más apreciados del mundo, no podía permanecer ajeno a esta nueva fórmula. Precisamente, uno de los obstáculos que se plantean a la hora de invertir en este metal es su alto precio de entrada. Hay que tener en cuenta que el precio de una onza troy (31,10 gramos) de oro supera los 1.200 euros.
Por ello, la idea de las microinversiones encaja muy bien con el mercado del oro, ya que esta fórmula podría posibilitar pequeñas inversiones, a partir de un gramo, que está valorado en unos 40 euros, o incluso menos.

Lingotes de oro 2 gramos: Smart Pack de C·Hafner
De ello se han dado cuenta en uno de los países que consume más cantidad de oro: la India. El apego de los ciudadanos indios por el oro como fórmula de ahorro, inversión e incluso seguro frente a imprevistos ha propiciado la creación de un importante mercado de sociedades de inversión en pequeñas cantidades de oro, que operan por medio de sencillas aplicaciones instaladas en el móvil.
Una fórmula que se aprovecha de nuevas tecnologías como el blockchain y que está comenzando a extenderse desde la India hacia otros países.
Planes de microinversión en oro
Siguiendo con esta unión entre la microinversión y el oro, existe una fórmula que SEMPI Gold España lleva unos años comercializando en España.
Se trata del Contrato Compra Planificada de Oro, una fórmula de inversión en oro físico (con existencia real y asignado al cliente, no oro papel), al que se puede acceder desde apenas 50 euros al mes, poco más que el precio de un gramo.
Una compra con características muy interesantes, como la seguridad, el hecho de que las ganancias patrimoniales no estén sujetas a retención fiscal y la opción de quedarse con el oro al término del contrato.
En suma, la mejor combinación entre la microinversión, por su bajo coste de entrada, y las ventajas que ofrece el oro físico.
El oro de inversión al que se refiere esta web adquiere su denominación en el ámbito tributario, al tratarse de oro de ley 999,9/1.000 (oro puro).
Art. 140bis ley 37/1992 del 28 de Diciembre del impuesto sobre el valor añadido.
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